lunes, 25 de agosto de 2014

Cepillo de dientes e Higiene Oral

Cambia tu cepillo de dientes o la cabeza del cepillo de dientes eléctrico al menos cada dos o tres meses; de lo contrario, lo único que lograrás es transferir bacterias a tu boca. La mejor manera de lavarse los dientes es colocar el cepillo en un ángulo de 45 grados contra las encías y frotar despacio con movimientos circulares, en vez de movimientos de vaivén. Sujeta el cepillo como si fuera un lápiz para no aplicar demasiada fuerza al frotar las cerdas contra los dientes. Utiliza un raspador de lengua todas las mañanas para remover la placa bacteriana que se forma en ella durante la noche. Una de las principales causas del mal aliento es la acumulación de bacterias en la lengua, que el raspado diario ayuda a eliminar. Además, el uso del raspador es más eficaz que frotarse la lengua con el cepillo de dientes. Mantén fresco tu aliento. Si huele mal, vas a comprar un enjuague bucal. Asegúrate de que no contenga alcohol. La mayoría de los enjuagues de venta libre contienen demasiado alcohol, el cual reseca las membranas de la boca y las hace más vulnerables a las bacterias. Si deseas una sonrisa saludable aprende a usar el hilo sin tener que guiarte con un espejo, podrás usarlo también dentro del auto, en la oficina y antes de alguna cita o reunión importante. Compra varios dispensadores de hilo dental, y repártelos entre el coche, el cajón del escritorio y tu bolso o portafolio. Cepíllate los dientes al levantarte de la cama y antes de acostarte, son los dos momentos cruciales del día. La explicación es que la saliva que protege los dientes de la placa bacteriana causante de caries se seca durante la noche, así que lo mejor es eliminar la placa antes de ir a la cama. También es importante que te cepilles a primera hora de la mañana para remover la placa de bacterias (¡y el mal aliento!) que pudiera haberse acumulado en tu boca mientras dormías.

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